Bronce a la cera perdida

«La mujer está en su centro. Se ha encontrado a sí misma, como si fuera el centro del universo. De ella nacen todos los caminos. Así es la excelencia. Ella está entre el cielo y la tierra. Es consciente de quién es, porque se conoce a sí misma. Conoce las texturas de su propio cuerpo y la profundidad de su propia alma»

A diferencia de la talla directa en piedra, la escultura en bronce a la cera perdida es un proceso largo  y lento porque requiere de muchos pasos para llegar a la obra terminada. Requiere de paciencia y oficio. A la escultura ya sea barro, plastilina, piedra, yeso o cualquier otro material se le saca un molde, actualmente gracias a los nuevos materiales se pueden hacer ediciones muy grandes de escultura en bronce, en mi caso solo hago ediciones que varían entre tres y doce piezas máximo.

Al molde  se le vacía la cera. La pieza debe quedar delgada y con el mismo grosor en su totalidad, ya que de ésto depende el peso de la escultura en bronce.La cera se detalla y se firma. Se prepara con coladas, se rellena con arcilla refractaria, se mete al horno y  se apisona con arcilla y al vaciar el crisol  la cera se «pierde».

Cuando se saca del horno, a  la pieza se le quitan las coladas y se pule, se cincelan los detalles y se prepara para la pátina, que es una oxidación acelerada y dirigida. Para hacer la pátina la pieza se calienta con un soplete y se van aplicando capas de ácido diluido con agua, para que poco a poco vaya quedando el color que se hayan elegido. Cuando se funde la última pieza de la edición, el molde se destruye frente a un notario, para el control en el número de piezas.

Envuelta en su murmullo 

72 x 40 x 30 cms

La mujer envuelta en su murmullo, se reconoce en sus orígenes ancestrales en una suerte de espejos que van repitiéndose y recreándose en su gran poder creador.

«Rocío en su generosidad nos propone, dijéramos, un torso femenino que al ir girando en el espacio se convierte quizás en un caracol ó en una forma abstracta llena de sugerencias….  Así una forma decididamente femenina, clitórica es, al mismo tiempo, un pistilo floral»

Guillermo García Oropeza

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