El arte, la ciencia y la tecnología se mezclan en este espacio para invitarnos a una reflexión sobre cómo el medio en que nos desarrollamos, desde las formas de vida más simples como las bacterias, hasta las más complejas como lo somos los seres humanos y los cambios que éste sufre repercuten en nostros.
Algo tan pequeño como una caja petri es lo mismo para las bacterias que el planeta para nostros: Un espacio que nos proporciona todo los medios necesarios para crecer suceptible a cambios que, positivos o negativos, afectan a todas las formas de vida que lo habitan.
En el mundo microscópico, bacterias y hongos compiten, cooperan y transforman su entorno, un campo de batalla moldeado por factores como la temperatura, el pH, el estrés y la contaminación. Estas interacciones reflejan la lucha por la supervivencia que también define la experiencia humana, donde el planeta Tierra se convierte en un medio de cultivo global sometido a presiones similares. Este proyecto invita al espectador a contemplar cómo los patrones de vida y adaptación se replican a todas las escalas, recordándonos que no estamos separados de los sistemas que habitamos, sino profundamente conectados a ellos.
En Habitantes: Cultivos de identidad, los visitantes no son solo observadores, sino participantes activos en una experiencia inmersiva que trasciende la contemplación pasiva. Así como nuestras acciones como humanidad dejan una huella indeleble en el planeta Tierra, aquí se invita a cada visitante a dejar una huella creativa que contribuya al discurso de esta exposición.